viernes, 17 de septiembre de 2010

Too little sleep bad for teenagers' diets: study (Demasiado poco malo del sueño para las dietas de los adolescentes: estudio)

Los adolescentes que duermen menos de ocho horas a la noche en weeknights comen alimentos más grasos y los bocados que los que consigan a más de ocho horas de sueño una noche, investigadores de los E.E.U.U. dijo el miércoles.
 
Dijeron que consiguiendo sueño puede dar lugar demasiado poco a cambios crónicos en la dieta que puede aumentar el riesgo de obesidad, especialmente en muchachas.
Los estudios anteriores han demostrado que demasiado poco sueño puede llevar al aumento de peso, pero los nuevos resultados demuestran de adonde las calorías adicionales vienen.
El producto cada vez mayor de los alimentos grasos, que son típicamente altos en calorías, puede aumentar la aportación calórica diaria del guardapolvo, y si sucede rutinario, él puede llevar a exceso de grasa.
“La demostración de patrones dietéticos crónico alterados en adolescentes con un sueño más corto proporciona la penetración en porqué un sueño más corto se ha asociado a obesidad en estudios experimentales y de observación anteriores,” dijo al Dr. Susan Redline de Brigham y del hospital de las mujeres y centro médico de la diaconisa de Beth Israel en Boston, cuyo estudio aparece en el sueño del diario.
Resalte y los colegas estudiaron a 240 adolescentes envejecidos 16 a 19 que participaban en un estudio en curso del sueño. Su sueño fue supervisado en el país por un dispositivo de la venda de muñeca y la toma de comida fue medida con las entrevistas hechas por el personal entrenado.
Encontraron que los adolescentes que durmieron menos de ocho horas en weeknights consumieron el 2.2 por ciento más calorías de las grasas y el 3.0 por ciento pocas calorías de los carbohidratos que los adolescentes que durmieron ocho horas o más.
“El aumento relativo en la consumición gorda entre durmientes más cortos por el 2.2 por ciento por día crónico puede contribuir a los aumentos acumulativos en el consumo de energía que se esperaba que aumentara el riesgo para la obesidad y la enfermedad cardiovascular,” resalta dicho en una declaración.
Pero el riesgo puede ser invertido fácilmente.
El equipo encontró que cada hora agregada de sueño bajó las probabilidades de comer una alta cantidad de calorías de los bocados por un promedio del 21 por ciento.
Curiosamente, cuando miraban por género, encontraron que los resultados eran estadístico significativos en muchachas, pero no muchachos.
Mientras que no está claro porqué, el equipo dijo él puede ser que los adolescentes son más probables dar vuelta al alimento por razones emocionales que muchachos, pero que necesita ser estudiado.
El solamente 34 por ciento de los adolescentes en el estudio durmió para un promedio de ocho horas o más. Según la academia americana de medicina del sueño, los adolescentes necesitan por lo menos 9 horas de sueño sentir alarma y se reclinaron.

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